El calzado deportivo es una herramienta fundamental en la práctica deportiva ya que de él depende en gran parte evitar las lesiones y obtener un mayor rendimiento. El llevar un calzado inadecuado supondría el no tener unos buenos apoyos y ello tendría una repercusión directa y negativa en toda nuestra estática con lo que favoreceríamos lesiones por sobrecarga de diversa índole.
El calzado deportivo sirve para proteger al pie de roces y abrasiones, ejercer un efecto amortiguador entre éste y el suelo, reducir el esfuerzo de los músculos y de los tendones y tener un buen agarre a las diferentes superficies del suelo en función del deporte. La parte superior cubre el dorso, dedos y parte posterior del pie. Consta de puntera, pala, zona de abrochado, lengüeta, laterales y contrafuertes del talón.
Los materiales más usados son la piel, el nylon y el plástico; entre ellos hay grandes diferencias en cuanto a ventilación, flexibilidad y resistencia, siendo factores muy importantes a la hora de realizar la elección final del producto.
La suela puede estar elaborada en goma o material similar, que absorba impactos y cargas durante el apoyo y tenga la flexibilidad justa para no alterar la uniformidad necesaria que ha de tener el lugar de apoyo de las estructuras anatómicas podales, o en piel y poliuretano, utilizada en deportes de contacto y danza
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